Mi déspedida

Bueno queridos amigos, ayer os hablé de la sensación que uno tiene cuando empieza algo nuevo en la vida. Esa sensación es doble: buena y mala. Por un lado, uno se pone alegre y feliz y empieza a soñar y a pensar con las nuevas experiencias y vivencias que tendrá y lo que aprenderá, pero como todo en nuestra vida siempre tiene su lado negativo y es la melancolía y la tristeza cuando cierras una etapa de tu vida más o menos larga. 

En esta entrega, os hablaré de lo malo. Siempre hay que empezar por algo y así nos quitamos de encima lo peor. Aquí me refiero como tal a esa sensación que a uno le queda de si todo lo que ha hecho hasta ese momento ha estado bien o si por el contrario se ha equivocado y en ese más o menos hipotético caso saber si ha pedido perdón y si lo ha hecho a tiempo. Comprenderéis que esta sensación o desasosiego interior es aún mayor cuando se cierra una etapa de mi vida que ha durado cinco maravillosos años, no es media vida pero aún así es duro. 

Sin embargo, la pregunta que lleva resonando en mí en las últimas semanas no es ninguna de las anteriores, sino si he hecho todo lo que tenía que hacer y he aprovechado bien el tiempo o si al contrario me queda algo por hacer. Creo que está es una pregunta trampa porque nadie es perfecto, sólo Dios, y por lo tanto no siempre hice lo que debía y porque si ya lo hubiera hecho todo nada me haría volver a Ávila. 

Y mientras tanto estoy tratando de escribir una carta de despedida, un documento donde pueda recoger todos los momentos y los recuerdos. No tengo obligación de hacerlo, pero al cerrar los ojos me doy cuenta de que la mayor parte de los momentos más felices de mi vida han pasado en esa bella ciudad amurallada y creo tener la necesidad y la obligación de dar las gracias

CANCIÓN: Llegaremos a tiempo - Rosana.

Por hoy está bien, jejeje. Si tenéis algún consejo será mejor para todos y se agradece de antemano.

Os dejo con esta chulada de vídeo. Por todos vosotros GRACIAS