domingo, 16 de octubre de 2011

El valor de la amistad

Hola chic@s. Hoy estoy feliz y contento. Ayer fue una noche muy especial y hoy ha sido una mañana muy especial. La verdad es que nunca creí que iba a poder aprender tanto y pasarlo genial en Gijón, como lo hice ayer por la noche. Lo malo es que por hacerme el borracho, casi me pego la galleta de mi vida. 

Fue todo un despropósito. Estábamos siete personas y la verdad es que la noche cundió. Todos mis amigos apoyándome y dándome alas. Todos apoyándome como en los viejos tiempos, haciendo una gran familia (a pesar de que faltasen algunos miembros de la misma). mi querida familia asturiana. 

La noche comenzó bien viendo a una chica que estudio conmigo en el colegio y que hacía pila de años que no veía. La verdad es que cómo cambian las vidas. Yo hace 5 años antes de irme para Ávila no salía de fiesta, no bebía y no tenía esa afán mujeriego que ahora tengo. Y aquí me veis ahora echo un hombre de la cabeza a los pies. 

Creí que no iba a ser capaz de entrar a ninguna mujer. Quizás en Ávila no, pero desde que llegué a Gijón esta naciendo en mí una nueva manera de ver las cosas. Jamás me hubiera atrevido a decirle que me gustaba y se lo dije, jamás me hubiera atrevido a hacer muchas cosas de las que he hecho y de las que he dicho y lo he hecho. El nuevo Ángel no se calla nada. 

Lo que más me gusto de ayer fue la postura que adoptaron mis amigos de apoyarme al máximo, aunque también he de decir una cosa y es que hubo momentos en los que pase la mayor vergüenza de mi vida con ella delante. 

Lo importante es que sigo avanzando y consiguiendo cosas, es decir, que sigo creciendo y es que ayer entré por primera vez a una chica, aunque ella hiciera la cobra o algo parecido. 

Gracias y preparaos para lo sorpresa que os espera. Será alucinante. 


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